Volar sobre el pantano, de polilla a mariposa
(19 de septiembre, 2024. Un Ojo en Zapotlán. Paulina B. Barragán). Hoy en realidad es 13 de septiembre, viernes 13.
Personalmente tengo un mal recuerdo de los viernes 13 de septiembre, hace cinco años este día me marcó para mal, aunque ahora se ha transformado en algo más.
De polilla a mariposa.
Esta edición he decidido desviarme un poco de la perspectiva de género.
De polilla a mariposa… ¿Cuántas veces nos han pasado situaciones que nos marcan la vida?, tengo entendido por la mía que al menos hay una o dos veces de manera anual que marcan un antes y un después.
Algunos les llaman “despertar espiritual”, otros les dicen “golpe de la vida”, del otro lado del salón hay un grupito que puede decir que son “los peores guerreros de Dios”.
Hay muchas maneras de nombrar estas complicadas situaciones, con connotación graciosa o no, pero mi punto es, ¿el mundo se viene abajo por ello?
Creo que hay de situaciones a situaciones, pero un suicidio no es causa de risa, no es un chiste, no es una opción, lo dice alguien que lo ha intentado al menos dos veces.
Sí, información fuerte que incomoda la mente y la vista (pues me están leyendo), pero es información real y necesaria para abrir nuestra mente a que son situaciones que SÍ pasan, que SÍ les pasan a las personas a tu alrededor y que SÍ te podrían pasar a ti.
El INEGI refleja que la tasa de suicidio en México es del 1.1% del total de muertes registradas, bien, podrías considerar que no es nada, pero sí lo es.
Ese 1.1% es convertido a 8,837 suicidios en el país. INEGI dice que “La tasa por cada 100 mil personas fue de 6.8; 2.5 en el caso de mujeres y el 11.4 en hombres.”
La estadística refleja que entre los 10 años y 30 años las mujeres llevan el porcentaje al número alto, pasando los 30 años son más los hombres quienes optan por esta decisión.
Hay muchas situaciones en nuestro entorno que pueden parecernos imposibles de superar, entiendo que puedo estar hablando desde el privilegio al igual lo es acceder a tratamientos de salud mental y que los espacios gubernamentales y gratuitos son poco óptimos.
Es molesto escuchar o leer las mismas palabras siempre, pero no estás solo o sola y sí, algún día va a pasar y superarás esto.
Con ayuda de los demás o con tu propia ayuda, adopta el dolor, acepta que te duele, cambia lo que te duele y llora todo lo que tengas que llorar para liberarte.
Como mi psicóloga siempre dice “Llorar libera el alma”.
Deseo que todos puedan pasar los problemas que afrontan.
Vuelen sobre el pantano, no se estanquen en la pesada y densa penumbra de lodo.
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