Pisando la misma tierra – El pensamiento del cambio
¿Cuántas veces te has molestado por escuchar a una persona que piensa diferente a ti? Con esta pregunta comencé mi día al escuchar un podcast sobre psicología.
Es fácil decir que tenemos que respetar las opiniones que son diferentes, lo complicado es aplicarlo y no entrar en conflicto al defender una idea. La locutora comentaba que nos sentimos identificados con lo que pensamos, nuestras creencias se vuelven nuestra identidad y nos rodeamos de personas con las que coincidimos, aunque esto parezca lo mejor, mencionaba que existe una trivialidad en la que excusamos lo que nos identifica al punto de no distinguir si estamos en lo correcto o incorrecto.
Siguiente pregunta, ¿qué tema te provoca discutir con las demás personas? Para mí lo es el tema del medio ambiente. Siento un vínculo con la tierra y con todo lo que me ofrece; pero esto me ha llevado a juzgar mis acciones y dudar si lo que pienso y hago está bien. La realidad es que no puedo salir de un mundo en donde tenemos ideas de que el ser humano está por encima de todo.
En algún momento, hemos escuchado sobre la importancia de reciclar, reutilizar, cuidar el agua, cuidar el ambiente, pero ¿cómo lo hacemos? Separamos la basura para que termine mezclada con otra, procuramos bañarnos rápido para no desperdiciar agua cuando el saqueo de las empresas sobrepasa nuestro consumo, según el estudio “En México no falta agua, sobra chatarra” publicado en 2021 por el laboratorio de estudios sobre empresas transnacionales (LET) de la UNAM, menciona que “Coca-Cola requiere de 34.5 litros de agua para producir medio litro del refresco.” lo que equivale a un poco más de un garrafón de agua solo para producir medio litro de este producto.
Pensaríamos, ¿Qué caso tiene adoptar estas prácticas? Resulta conflictivo saber que la realidad del planeta en temas de medio ambiente está más perdida que nunca, pareciera que es un túnel sin salida en el que seguimos cayendo. Y lo que vamos a escuchar es que esto es así, que tenemos que adaptarnos, que es complicado cambiar y creer que así pasará es imaginar un mundo que solo existe en la fantasía.
Yo renuncio a ese pensamiento, el cambio no está en salir a la calle a plantar muchos árboles sin saber que puede provocar esto; el cambio está en informarnos, cuestionar nuestras creencias, los sistemas, la actualidad y a lo que le llamamos progreso. El cambio está en escuchar opiniones diferentes para comprender la realidad que vivimos. Analizar las situaciones de mejor manera para cuestionar nuestras propias creencias y estar seguro que lo que pensamos realmente es por juicio propio y no por algo que tenemos arraigado.
Los sistemas agroindustriales, las formas de consumo, la manera en la que vemos la tierra como fuente de ingreso y explotación son ideas que en la sociedad moderna nos han hecho creer que es así como debe funcionar, que es la única manera de vivir, pero es una realidad a medias. Existen alternativas de producir alimentos, hay maneras correctas de educarnos ambientalmente, se estudian nuevas formas de generar ingreso sin explotar a la tierra y hoy en día es momento de comprender que hay muchas maneras de aprender a ser parte de la tierra y no luchar contra ella.
Soy una joven adulta que se preocupa por el ambiente, pero vengo de una familia que tuvieron trabajos que atentaron la salud de los bosques, con amigos que trabajan la agroindustria y eso no me convierte en una persona que juzga, al contrario, me alimenta mi forma de pensar y me hace comprender que lo que hacemos es porque tenemos necesidades, tenemos que comer y llevar dinero a nuestras familias y solo tomamos las oportunidades que se nos presentan.
Aun así, hoy trabajo con personas que promueven la agroecología y confían en un cambio, son el lugar seguro donde puedo expresarme, aprender y también conocer historias en donde es posible tener éxito con alternativas sostenibles.
No temamos a pensar diferente, no juzguemos las ideas de los que no piensan como nosotras y nosotros, aprendamos de observar las diferentes realidades y ser parte de una solución que puede comenzar desde nuestro pensamiento.
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